SU ESTADO ESPIRITUAL SIEMPRE AMABLE Y SERENO


Conocí a Amparo en una situación física grave, crítica y generadora de un gran malestar. Había sido tratada primeramente con quimioterapia dado el estadío localmente avanzado de su enfermedad.


Después de este tratamiento fue operada por mí, teniendo que realizar cirugía ampliada. El postoperatorio fue tormentoso y tan complicado que originó importante dolor y curas agresivas, sin embargo su estado espiritual fue siempre amable y sereno, con la sonrisa como respuesta constante a pesar de todo, dando alegría y afecto a todos los que le rodearon. Jamás una queja ni un mal gesto.


Su ayuda y afecto constante fue de tal modo que para mi será siempre imborrable y representa sin duda un referente, un contacto directo con respecto a La Providencia.


JUAN L. V.

Madrid, 07.03.2013