SE SALVÓ DE LA GANGRENA


Atribuyo a Amparo el favor que voy a describir. Mi cuñada de setenta y seis años, se cayó en la calle y se partió el brazo izquierdo unos quince centímetros por encima de la muñeca. La llevaron al hospital y la pusieron una escayola que le llegaba por encima del codo. Al cabo de unos días, decía ella, que le dolía mucho y yo veía que la mano se le iba poniendo negra y al mismo tiempo amarillenta, después me dijeron que su nombre es Alabastrino.


Yo lo estaba viendo muy feo, pues me recordaba la gangrena. Sin alarmarla la aconsejé que fuera al Hospital a que la vieran. En cuanto la vieron, apresuradamente le quitaron el yeso y la pusieron con el brazo en alto, colgado de un aparato para que le circulara la sangre., después de darle grande smasajes, durante tres o cuatro horas.


Reconocieron que le habían puesto mal el vendaje con el yeso. Luego le pusieron un vendaje más suave, pero por debajo del codo, para que no le oprimiera la circulación. Así y todo no le veía la mejoríaaquello seguía oscuro. Uno de los díuas que fui a visitarla, vi la estampa de Amparo que tenía sobre un mueble y le invoqué pidiendo que la librara, sobre todo de la gangrena. Ahora tiene ya la mano su color normal, solo le ha quedado la muñeca un poco torcida, pero puede valerse y escapó de la gangrena que tenía presentada.


Por eso doy gracias a Dios y a Amparo, para que se publique.


Mª PILAR B.,

Las Palmas de Gran Canaria, 07.06.01