NO TENÍA GRAN FE


Ante una preocupación familiar, relacionada con un trabajo de una hija, me aparecía la estampa de Amparo de forma reiterada. Como ella fue madre pensé que me entendería y decidí darle en exclusiva una oportunidad, aunque reconozco que no tenía gran fe.


El último día de la novena surgió un acontecimiento imprevisto que canalizó la situación a un final feliz. Pienso que Dios ha querido hacer llegar este favor a través de Amparo Portilla y por eso mando mi testimonio, así como un pequeño donativo para colaborar con los gastos del proceso.


Muy agradecida


ANA M.J.D.

Madrid, 20.03.01