FILIPINAS


El día 7 de octubre de 1999 por la mañana temprano, después irse mi marido con otros filipinos contratados como expertos trabajadores desplazados a Saudí, estaba buscando desesperadamente a alguien que pudiera cuidar a mis hijos durante el día, tienen 7, 6 y 2 años. Trabajo a varios Km a las afueras y tardo 2 horas o más en desplazarme desde mi casa en Canlubang hasta Makaty City donde estoy empleada contable desde hace 12 años.


Me acordé de la sencilla tarjeta con la oración de Amparo que recibí de una compañera de trabajo. La busqué, recé la oración solo una vez con esta intención en la mente e inmediatamente la gracia llegó.


Decidí llamar a una parienta lejana, una mujer madre de dos niños que rápidamente respondió que sí; ella no solo deseaba cuidar a todos mis niños mientras yo estaba en el trabajo, sino también darles el amor y la atención que yo deseaba para ellos.


Ahora estoy pidiendo otro favor, porque más tarde me di cuenta que sería mejor buscar la ayuda de una persona más joven y soltera.


Después de recibir este favor de Amparo, le ofrecí difundir su devoción entre mis habituales compañeros de autobús. En algunas ocasiones una me había mencionado que tenía un compañero de trabajo que había intentado muchas veces encontrar trabajo fuera del país; él continuaba teniendo muchas dificultades para encontrarlo, estaba ya muy desanimado y pensaba en abandonar estos planes. Algo después él decidió enviar nuevamente sus solicitudes de trabajo. Esta vez el compañero encontró el camino más fácil y en pocas semanas se va a marchar finalmente a Estados Unidos a trabajar. También encontró un lugar para vivir con una tía que reside en California.


Cuando llegó a San Francisco se sorprendió de descubrir muchas buenas ofertas de trabajo, cerca de su nueva casa. Ahora su problema es escoger entre todas estas propuestas.


Me gustaría agradecerles por hacer que esta devoción llegue tan lejos como Filipinas.


MRS.ARSENIA BAT

Canlubang (Filipinas), 23.03.00