AMPARO, SI TE ACUERDAS DE MI, LÚCETE


En los años 1987-1989 tuve una gran relación con Amparo Portilla, hablábamos frecuentemente y asistíamos juntas a unas clases doctrinales. Después por avatares diversos (cambio de trabajo y domicilio, etc...) se interrumpió aquella relación. Si conocí su muerte ejemplar y que se había incoado su proceso. El jueves 4 de diciembre de 2003 supe por una hija suya, que el proceso iba muy adelantado y me dio algunos ejemplares de Recuerdos y Noticias, así como algunas estampas para la devoción privada. Esa misma noche del jueves 4 decidí encomendar el grave estado de salud en el que se encontraba un familiar mío, ingresado de urgencias por una trombosis. Me atreví incluso a decirle: Amparo.., si te acuerdas de mi, demuéstramelo y lúcete. Al día siguiente, viernes 5, telefoneé para interesarme por el enfermo. Me dijeron que había experimentado una notable mejoría y que le mandarían a su casa en las próximas horas como así ocurrió.


Tengo la certeza de la intervención de Amparo en este hecho. Aunque nunca buscó el lucimiento personal, esta vez lo ha conseguido.


Mª VICTORIA J.C.

Madrid