A LOS QUINCE DÍAS
Nunca había pedido nada a Amparo, pero en esta ocasión, ante un problema familiar importante que duraba varios años y me hacía sufrir, acudí a ella pidiéndole con vehemencia que me lo resolviera. A los quince días de mi petición el asunto se solucionó por completo.
Es un favor que atribuyo a la intercesión de Amparo.
M.J.P.
02/2001